miércoles, 24 de septiembre de 2008




Las raíces de la violencia, se entremezclan con las raíces de la empatía. Goleman, realiza un alegato, sobre la inutilidad, de la mente, la sobrevaloración intelectual de la incapacidad de las ideas, si no van acompañadas de un corazón que comprende.

Sin un aprendizaje emocional , que enseñe al individuo a relacionarse con el mundo no importa cuán alto sea su CI ( coeficiente intelectual), verá seriamente comprometidas sus posibilidades de éxito.

Cualquier psicoterapeuta añadiría que la mente sin el corazón está abocada a la locura, que la perfección de las construcciones mentales sin pasar por el tamiz de la experiencia conducen a la adolescencia del carácter del que no se conoce a sí mismo.

El "poder" del saber ha traído tantos logros sobre la materia que nuestra cultura a glorificado la frialdad del pensamiento en detrimento de la acogida humana. Y en esa locura radica la violencia es sus infinitos grados y manifestaciones. Cuanto más abiertos nos encontremos a nuestras propias emociones mayor será nuestra destreza de la compresión de los sentimientos de los demás y de esa compresión surge el amor, la compasión, y la empatía.

El alexitimico, aquel incapaz de conectar con sus emociones cuando llega al extremo de una ausencia total de empatía, es el psicópata por excelencia.
Huyendo de su dolor se encarama hacia fantasías gratificantes que le entrañan el dolor de los demás sobre el discurso de la idea mental de uno mismo.

La actitudes de la jungla humana todos somos víctimas cotidianas del analfabetismo emocional, sufrimos carencia de la necesaria amabilidad respeto y comprensión hacia el otro. Pero cuando sobre éste campo de cultivo se insuflan construcciones mentales de lo perfecto o se alaba la determinación del sociópata la ausencia de empatía produce seres perdidos en personajes sin corazón, sociedades en perpetua crisis de adolescencia, una locura sanguinaria que cierne sobre nosotros la sombra del fracaso colectivo

(texto de 2º de bachiller, en lenguaje)
Por supuesto análisis del mismo.
Dedicado a los que me han enseñado:
"A través ti...
después de estar al otro lado de la mesa después de 23 años...
a todos vosotros
que habéis confiado de una forma en mi.
No intento quitar méritos a nadie, es sólo,
un buen momento para contaros
lo que de verdad se aprende al otro lado de la mesa,
cómo una persona te deposita en ella todo su malestar
y mirándote te dice: qué me pasa?
y reconocer que a la vez tu aprendes de ella.
No va a ser un tratado de patologías,
aunque alguna caerá, por lo curioso
de su sintomatología y consecuencias.
Sí, por el contrario, me gustaría mostrar lo que se aprende..
de esa "...psicología de calle..."de la que no es necesario un título
Universitario, de esa que por lógica?..creo que es un buen término,
todos estamos abiertos y capacitados.
Continúo estando al otro lado, quizá de formas diferentes
también aprendiendo cosas nuevas.